DESCOLONIZACIÓN Y TRANSFORMACIÓN DE LA COOPERACIÓN INTERNACIONAL

Radiografía e histórico del sistema de cooperación internacional

Maria Chalaux, Directora Área Desarrollo Global

El sistema global de cooperación internacional —en su término amplio, que incluye el desarrollo, la acción humanitaria y la consolidación de la paz— ha venido caracterizado desde sus inicios por un completo monopolio en su liderazgo.

El poder y los recursos fueron y siguen dominados por los grandes donantes públicos (“Institutional donors”) y algunas organizaciones internacionales, todos ellos y ellas pertenecientes al mundo occidental. El relato en el que se fundamentaba este dominio suena ahora esperpéntico: “Los países empobrecidos lo están por la gobernanza pésima, la corrupción institucional y los regímenes autoritarios que han imperado. Y seamos claros: además, la gente en estos países es vaga o ignorante… En la otra cara de la moneda aparecen los países ricos, que lo son porque aparte de ser brillantes, resulta que han sabido sumarle mucho esfuerzo y trabajo duro. Y como además tienen muy buen corazón, su deber moral y ético, como países ricos, no podía ser otro que ser generosos y ayudar a los que son pobres”. Hoy día a muchas y muchos este relato nos parece, como mínimo, completamente arcaico e inadaptado a la realidad si es que no espeluznante, lleno de mentiras y completamente injusto. Pero lo cierto es que la gran mayoría de los y las que hace tiempo que nos dedicamos a la cooperación internacional, tenemos que reconocer que, de manera más o menos consciente, sobre todo en nuestros inicios, hemos podido estar cercanos a este tipo de postulados y creencias.

Aprovechemos para analizar un poco este relato: además de estar impregnado de ideas racistas, invisibiliza por completo la conexión entre la riqueza de los países ricos y la pobreza de los llamados países pobres. Es decir, en ningún momento entra en la ecuación la desigualdad. Cuando lo hacemos, caemos en la cuenta de que resulta que la pobreza no es una fatalidad: tiene unas causas muy claras enraizadas en estas relaciones desiguales tanto en el espectro económico como en sus múltiples facetas de lo social (como la desigualdad de género, por ejemplo).

¿Qué es y por qué es necesaria la descolonización de la cooperación internacional?

El sentir de muchas personas dentro del ecosistema de la cooperación en cuanto a la necesidad de replantearse las cosas y de darle la vuelta al sistema ha dado como resultado la emergencia de movimientos y espacios de reflexión, en sus orígenes más impulsados por el mundo de la acción humanitaria. Así pues, el Grand Bargain [1] nace a raíz de la constatación en 2015 de que la brecha de financiación humanitaria continúa aumentando. Para dar solución a ello, y desde una visión más pragmática, se apunta ya a la necesidad de apostar por la localización durante las respuestas humanitarias y alentar a los financiadores a la puesta en marcha de mecanismos que eliminen barreras y faciliten el acceso directo a la financiación por parte de las organizaciones del Sur. A su vez, varias organizaciones nacionales e internacionales se comprometen gracias a la firma del “charter4change” a implementar cambios de manera práctica en la manera en el que el sistema humanitario opera para dejar paso a las respuestas lideradas localmente. Durante la Cumbre Humanitaria Mundial de 2016, el término “Shift the Power” se popularizó lanzando una reflexión profunda sobre la necesidad de reequilibrar el poder y la responsabilidad en la prestación de ayuda humanitaria. A partir de entonces, el movimiento ha continuado creciendo atrayendo atención a nivel global y traspasando la frontera de lo humanitario gracias a la implicación de agencias de desarrollo, organizaciones de la sociedad civil, instituciones académicas y gobiernos de países tanto donantes como receptores involucrados en promover su agenda.

El debate sobre la descolonización de las ONG bebe de estas diferentes reflexiones en la segunda mitad de la década de los 10 e inicios de los 20 y, con la irrupción del Black Lives Matter, con su momento más álgido en el verano del 2022, se acaba de afianzar. La descolonización cuestiona y hace frente a este monopolio del sistema de cooperación y falso relato que lo ha acompañado durante mucho tiempo. Parte de la constatación de muchos actores del mundo de la ayuda, sumándole también la presión de varios movimientos sociales, de que el actual sistema de la cooperación internacional es parte de una construcción colonial que opera en términos y desde una visión occidental de las cosas perpetuando así el desequilibrio de poder entre el norte y el sur global. Hay un consenso importante de que es necesario avanzar hacia un cambio en las relaciones de poder y la distribución de recursos, deconstruyendo ideologías y enfoques que tienen dejes racistas y que sustentan la superioridad y privilegios del mundo Occidental. De manera práctica, la descolonización implica también que desde el Norte tenemos que aprender a delegar la toma de decisiones y transferirla al Sur, a los actores y poblaciones a las cuales pretendemos acompañar ¿Quién mejor que ellos y ellas para definir lo que se necesita para que sus poblaciones puedan vivir mejor?

La idea de descolonización está muy interconectada con otros movimientos que comparten una visión común de transformar las estructuras y prácticas existentes en el campo del desarrollo internacional para hacerlas más equitativas, inclusivas y centradas en las necesidades y aspiraciones de las comunidades locales. Así, el enfoque feminista forma parte de la descolonización enfatizando la importancia de promover la igualdad de género en todas las áreas del desarrollo, reconociendo el papel fundamental que juegan las mujeres y las niñas en la construcción de comunidades fuertes y prósperas. De igual manera, el desarrollo sostenible y resiliente reconoce la interconexión entre el desarrollo social, económico y ambiental, y aboga por enfoques integrales que promuevan la sostenibilidad a largo plazo y la resiliencia de las comunidades frente a los desafíos y crisis.

¿Pero por dónde empezar con la tarea de la descolonización? ¿Quiénes la están impulsando?

No es tarea fácil para las organizaciones e instituciones internacionales aceptar que su propio trabajo está impregnado de racismo estructural. Es un tema incómodo y a menudo tabú que hasta hace muy poco no se había reconocido ni abordado. Tal y como se cita en el artículo Descolonización de la ayuda y consolidación de la Paz, “si los formuladores de políticas, donantes, profesionales académicos y activistas no comienzan a abordar el racismo estructural y lo que significa descolonizar la ayuda es posible que el sistema nunca pueda transformarse de manera que realmente transfiera el poder y los recursos a los actores locales”.

La descolonización es un término amplio, con sus diferentes perspectivas y abordajes. Asistí hace poco a un webinar de una de las organizaciones europeas pioneras en enfoques de descolonización, la ONG belga 11.11.11. Su conceptualización del enfoque les ha llevado a identificar los siguientes abordajes, todos ellos necesarios y complementarios para avanzar en la agenda de la descolonización:

  1. Generar conciencia, por un lado, y lograr posicionamiento con argumentación fundamentada.
  2. Ampliar las alianzas y el ecosistema, con la inclusión por ejemplo de organizaciones de la diaspora y movimientos antirracistas.
  3. Partenariados de igual a igual.
  4. Descolonizar los recursos humanos.
  5. Importancia del lenguaje e imágenes.

La exposición fue excelente y muy inspiradora. Y aprovecho la ocasión para felicitar la organización que está detrás de este primer evento y de los varios que vendrán durante el año, la plataforma internacional The Sherwood Way. Es una de las redes más activas a nivel de descolonización que con una existencia de poco más de un año ha conseguido erigirse como referente en el enfoque de descolonización. Ejerce de conectora y canalizadora de aprendizajes entre las diversas organizaciones de cooperación que están sintiendo la llamada de trabajar con este nuevo enfoque. Se suman a esta tarea otras organizaciones y movimientos de ámbito internacional como “The development Hub” o “ The pledge for change”. Este último ha establecido una declaración de compromisos destinados a reimaginar el papel de las organizaciones no gubernamentales internacionales en el sistema global de ayuda humanitaria y desarrollo. Al firmar “The Pledge for change”, el objetivo es transferir el poder más directamente a las organizaciones locales en el sur global, mientras se construye un ecosistema de ayuda más fuerte basado en los principios de solidaridad, humildad, autodeterminación e igualdad.

Partenariados de igual a igual y localización: La experiencia de la Fundación Nous Cims

Me centro en el punto 3 aquí arriba mencionado, partenariados de igual a igual, como una de las perspectivas clave de todo proceso de descolonización. Para las organizaciones que trabajamos para el desarrollo pleno de las comunidades y territorios a los que acompañamos en los países del sur global, este punto es de suma importancia y nos invita a repensar nuestros modelos de trabajo. Sabemos de sobra que durante mucho tiempo la manera como nos hemos acercado a estos países ha estado muy marcada por las relaciones desiguales. Aún en los casos en los que las organizaciones internacionales apostaban ya por canalizar sus actuaciones a través de entidades nacionales/locales (muy a menudo se recurría a la implementación directa y equipos de personal expatriado) no fue fácil establecer relaciones de partenariado de igual a igual. En estas alianzas, la organización local llamada implementadora era poco más que un instrumento para llegar a las poblaciones. El equilibrio de poder siempre ha tendido a quedar muy desplazado hacia la organización del Norte, que no por casualidad, es quien tenía -o canalizaba- el dinero.

Llegados a este punto, desde la humildad y la ambición de seguir mejorando y aprendiendo de otros procesos similares, me gustaría compartir cómo desde la organización para la cual trabajo, la Fundación Nous Cims (FNC), estamos abordando esta tercera perspectiva de la descolonización. Siendo fieles a los postulados de redistribución del poder y transferencia de la toma de decisiones hacia el sur global estamos inmersos en una nueva manera de trabajar. Es necesario y justo clarificar que la FNC tiene un rol un tanto particular como organización de desarrollo. Es lo que en francés se denominaría una PTF (“Partenaire Technique et Financier”) que vendría a ser algo así como un socio que proporciona a las entidades locales acompañamiento técnico-temático a la vez que financiero, con la flexibilidad que otorga el trabajar exclusivamente con fondos propios y no depender de los grandes donantes públicos. Hemos visto demasiadas veces como las bases de convocatorias de proyectos de cooperación de la mayoría de los financiadores respondían a lógicas más de “imposición”, eligiendo desde un despacho en occidente qué temáticas y estrategias de actuación eran las que tenían sentido. Ante esto, desde la FNC nos hemos propuesto trabajar de otra manera. Fruto de una interesante reflexión hemos desplegado una nueva estrategia que, tomando la localización y el liderazgo local como pilares fundamentales, promueve el enfoque territorial como canalizadora de los cambios sistémicos que nos proponemos. De esta manera, hemos elegido unas zonas muy concretas de nuestros dos países foco, Senegal y Colombia, en las que concentraremos a partir de ahora todos nuestros esfuerzos, por un período no inferior a 10 años y mediante un proceso participativo de co-creación multiactor. Nos ponemos al servicio de las comunidades y su ecosistema social buscando la manera más adaptada y pertinente de acompañarles.

De manera concreta , ¿Cómo lo hacemos? Antes que nada nos interesa acercarnos y rodearnos de los actores sociales de la zona en cuestión, tanto sus administraciones públicas- sectoriales y territoriales- como de las ONG y otras organizaciones de la sociedad civil. Desde una relación que buscamos sea lo más horizontal posible, tejemos red, trabajamos la apropiación y en definitiva dinamizamos la creación de unos grupos temáticos (GT) que serán el núcleo y el eje principal sobre el cual pivota todo lo que se decida hacer. Estos GT- son 3 por cada zona, en relación a las 3 temáticas de conocimiento de la fundación: nutrición, educación y empleabilidad para jóvenes- son los que definirán, al principio del proceso, cuáles son las transformaciones sociales que se pueden lograr en 10 años de manera realista, identificando a su vez las rutas de cambio más plausibles. No queremos dictar lo que hay que hacer sino que preferimos acercarnos y rodearnos de quienes conocen y saben sobre las problemáticas de la zona. Estas rutas de cambio identificadas, para cada uno de los 3 programas sectoriales, serán imprescindibles a la hora de canalizar los recursos para la implementación de proyectos concretos. Así es, la FNC, en el momento de lanzar sus convocatorias de proyectos lo hará basándose en todas las orientaciones técnicas/programáticas que los GT habrán establecido en sus Teorías del Cambio y sus rutas necesarias trazadas. Estas estrategias a 10 años elaboradas por estos grupos multiactor tendrán el sustento económico de la fundación a través de dos mecanismos: el primero, que acabamos de citar y que resulta más tradicional: el diseño e implementación de proyectos concretos. Pero habrá uno segundo, más innovador, que teniendo igualmente por base la teoría del cambio esbozada, se materializará en iniciativas y acciones colectivas que los GT identificarán, año a año, como necesarias para la consecución de los cambios identificados. Aquí entrarían todo tipo de actuaciones, desde acciones puramente de incidencia hasta acciones relacionadas con los ejes transversales de perspectiva de género y medioambiental.

Estamos en los inicios de esta nueva manera de trabajar, no llevamos más de dos años caminado en este sentido en Senegal, y en Colombia, por fin, nos estrenamos este año. El camino es algo incierto, lleno de retos, pero avanzamos ilusionadas desde el convencimiento de que hemos tomado la buena dirección. Vemos en este proceso una materialización importante del enfoque de descolonización: no sólo avanzamos con la lógica de la localización trabajando y apostando por el liderazgo de los actores locales si no que damos un paso más, creemos, imprescindible. Transferimos y equilibramos el poder y la toma de decisión entre el norte y el sur global estableciendo alianzas más horizontales, de igual a igual. Aunque los recursos vienen de la fundación, nuestros socios y socias en las zonas de trabajo tienen la autonomía para decidir donde es mejor ponerlos.
Este cambio de paradigma y el nuevo modelo de trabajo que lleva asociado nos está enseñando algo… no podemos tener prisa, sería nuestro peor enemigo, como nos recuerda Sascha Haselmayer en su libro “The slow lane”. Como él dice, para alcanzar cambios reales tenemos que cambiar nuestra tendencia a dejarnos arrastrar por lo que él llama los “Quick fixes” (o apaños y decisiones precipitadas). En su libro cuenta como después de dos décadas de investigación sobre varios procesos en diferentes campos y sectores ha llegado a una conclusión: sólo aquellos procesos que parten de una acción reflexiva, que no escatiman tiempo en escuchar a las diferentes partes, que son inclusivos y generan apropiación y consenso amplio, sólo éstos llegan a soluciones que perduran en el tiempo.

¿Podemos descolonizar el sistema de la cooperación sin cambios en el sistema de financiación?

Es justo decir que este nuevo modelo de trabajo que acabamos  de explicar desafortunadamente  no está al alcance de la gran mayoría de organizaciones de coperación, que han actuado y siguen actuando como intermediarias de un donante público, quedando encorsetadas e influyendo éste último de manera sustancial en su modo de implementación. ¿Como plantearse una estrategia a 10 años si no tenemos la seguridad financiera para poderlo hacer? La gran mayoría de ONG dependen de financiaciones públicas de más bien corta duración con las que es muy difícil plantearse un trabajo que busca cambios a largo plazo. Además, los mecanismos para la solicitud de estos  donantes están altamente burocratizados representando éstos barreras insorteables para las organizaciones pequeñas y de ámbito más local de los países del sur. No es casualidad que el European Network on Debt and Developpment estime que más del 90% de la ayuda británica va directamente a entidades británicas (o internacionales) siendo sólo el 3% la proporción que se canaliza  directamente a organizaciones del Sur global.

Queda claro, pues, que para lograr y avanzar en la descolonización de la cooperación no sólo basta con que las organizaciones tengan la voluntad de hacerlo sino que se vuelve imperativo que el sistema global de financiación de la ayuda haga un replanteamiento muy de fondo. Como decía hace poco, la representante de  una de las organizaciones locales de Latinoamérica invitada al webinar  Feminismos, localización y descolonización, organizado por la CONGDE i el IECAH, “los donantes tienen que aprender a escuchar a las organizaciones locales”.

Para ir cerrando la reflexión lo haré con las palabras del académico, activista y experto en desarrollo,  angoleño, Sergio Calendungo, también  miembro de la plataforma Sherwod Way, con quien tuvimos el privilegio de compartir una sesión hace unas semanas. Él afirma: “ la cooperación internacional debe adoptar una lógica de desarrollo que supere la lógica paternalista e imperialista con la que Occidente ha tratado siempre a los pueblos del Sur”

La industria de la ayuda tiene que trabajar para no seguir perpetuando en sus instituciones desigualdades racializadas y establecer nuevas formas de conceptualizar y  de relacionamiento con los actores y poblaciones del sur global. Si seguimos operando dentro de sistemas que perpetúan la jerarquía, inequidad y distribución desigual de poder, la cooperación al desarrollo nunca podrá ser antirracista. Será sólo des de la humildad y la determinación que conseguiremos la transformación que el sistema está pidiendo a gritos. Y sobre todo, si unimos esfuerzos y voces del Sur y del  Norte Global para juntos y juntas y en igualdad, desafiar este sistema global e injusto de la cooperación internacional.

  • [1] El Gran Pacto (Grand Bargain) explicado: Documento Informativo del ICVA, marzo 2017
  • Descolonización de la ayuda y consolidación de la paz, Informe de Peace Direct, 2021
  • Can development Aid ever be Anti-Racist? Artículo de Neha Kagal, 2021
  • Transformation in the aid and development sector ? Decolonising Aid, Informe de Centre for Humanitarian Leadership, 2022
  • Descolonizar la cooperación, ¿cómo y hastadónde? Artículo de EL País, Gabriel Pons Cortès
  • The slow lane, libro de Sascha Haselmayer, 2023
  • The Sheerwood Way: https://www.thesherwoodway.com/
  • The Development Hub: https://devhubuk.org/
  • Pledge For change 2030 : https://pledgeforchange2030.org/
  • Charter for Change : https://charter4change.org/