EVALUAR SU IMPACTO, UNA DE LAS CLAVES DEL FUTURO DE LA MENTORÍA SOCIOEDUCATIVA

Víctor González, Project Manager Zing Mentoría, Área de Empleabilidad

La educación se encuentra en una encrucijada entre el arte y la ciencia. No pocas veces algunas de sus intervenciones carecen de enfoque científico y se basan en la intuición y creencias culturales, lo que plantea preocupaciones sobre la falta de conocimiento sobre el impacto de las acciones educativas y su legitimidad en la sociedad (Alegre, 2016).

Evaluar es apreciar, analizar y valorar una intervención con el fin de mejorar su calidad. Se trata de un proceso sistemático que recopila datos, los analiza y los interpreta para evaluar la efectividad de un proyecto. Las oportunidades educativas y sociales de las generaciones más jóvenes están en juego, y es responsabilidad de todos los agentes implicados establecer marcos comunes y validados de referencia que permitan recoger evidencia del impacto de las intervenciones realizadas.

El Programa ZING de la Fundació Nous Cims utiliza la mentoría (un proceso de acompañamiento de duración predefinida) para abordar cuatro problemáticas principales: el abandono escolar en jóvenes de Ciclos Formativos, el desarrollo de las habilidades metacognitivas, el bienestar psicológico y la reducción de actitudes xenófobas, homófobas o aporófobas (Prieto-Flores et al., 2009). Se ha implementado una Teoría del Cambio (TdC) que identifica problemas, recursos, actividades y resultados esperados, y se han utilizado múltiples herramientas de evaluación, tales como cuestionarios cuantitativos, seguimientos cualitativos o tutorías para medir el impacto en las cuatro problemáticas detectadas.

En añadido, durante el año 2024 y de la mano de la Coordinadora de Mentoría Social y otras entidades implementadoras de dicha metodología, se procederá a la creación de una herramienta de evaluación y análisis del estado de desarrollo de competencias transversales en el marco de una relación de mentoría.

La evaluación de impacto, con datos contrastados y criterios definidos, es fundamental para el futuro de los proyectos de mentoría social, ya que ayuda a medir su efectividad y a mejorarlos continuamente (Dubois, et al., 2002). Esto es crucial para ganar legitimidad ante jóvenes en contexto de vulnerabilidad, así como ante la sociedad civil y los financiadores.

Dos desafíos importantes para los proyectos de mentoría son la evaluación a largo plazo y la creación de grupos de control para atribuir los efectos a la mentoría de manera adecuada, algo que permitirá una evaluación más precisa y completa de estos proyectos, y esperemos su extensión cada vez mayor hacia todo aquel joven vulnerado que desee intrínsecamente participar de este proceso terapéutico.

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  • Alegre, M. (2016). ¿Educación, arte o ciencia? Fundación Europea Sociedad y Educación
    https://www.sociedadyeducacion.org/blog/educacion-arte-o-ciencia/
  • Dubois, D., Holloway, B., Valentine, J., Cooper, H. (2002). Effectiveness for mentoring programs for youth. American Journal of Community Psichology. 97-157.
  • Preston, Prieto-Flores & Rhodes, (2009). Mentoring in context: a comparative study of youth mentoring programs in the United States and Continental Europe.